lunes, 27 de enero de 2014

El Tribunal Especial para Líbano va a jucio



A casi 9 años del asesinato del ex PM libanés, Rafik Hariri, la sesión de apertura del Tribunal Especial para Líbano (TEL), comenzó el 16 de enero en La Haya y ha sido aclamado por sus partidarios como un momento histórico para la justicia internacional y para el país. Es la primera vez que un tribunal internacional está tratando un caso sobre la base de cargos de terrorismo y también la primera vez -desde los juicios de Núremberg- que los procesamientos internacionales están llevando a cabo en ausencia. En medio del contexto político de Líbano, el juicio ha sido muy esperado por la mitad de la arena política polarizada como una oportunidad única para exponer la verdad detrás de algunos de los muchos asesinatos que han enlutado la historia reciente del país. Pero, con 5 acusados vinculados Hezbollah, la otra mitad del espectro político ve al juicio como un asunto altamente politizado para socavar a los adversarios de Israel.

Hezbollah ha negado los cargos en contra de sus miembros. Para defenderse, reveló sus intercepciones a larga distancia de las señales de aviones no tripulados israelíes y ha publicado videos grabados con estos aviones no tripulados que espiaban a Al-Hariri en las semanas antes de su asesinato y en la escena del crimen. Además, el Ejército libanés mostró que el día del crimen, EE.UU. tenía un dispositivo de observación AWACS sobre Líbano y que habían distorsionado todas las señales de origen libanés; al pedirle a Washington que explicase esta situación y proporcionase una copia de sus datos -lo que confirmaría o negar las sospechas de Hezbollah- EE.UU. se negó a hacerlo. 

El juicio se inició en un momento histórico importante y delicado. La guerra entre los sunitas y los chiitas se está librando en el contexto de las actuales tensiones entre Occidente e Irán. La preocupación del TEL es el asesinato del líder de los sunitas libaneses y un símbolo sunita en todo el mundo musulmán sea la primera chispa de una lucha sectaria, ya que las tensiones han ido en aumento desde el inicio de la guerra civil en Siria. Aunque el TEL no ha acusado a ningún partido o régimen -de acuerdo a sus reglas sólo se puede acusar a individuos de terrorismo- es cierto que los 5 acusados ​​pertenecen a Hezbollah. 

Sin embargo el mayor peligro para el TEL proviene de aquellos que esperan más de lo que la institución puede ofrecer en virtud de su acuerdo constitutivo. Un aspecto positivo ha aparecido últimamente y consiste en la restricción relativa de Hezbollah en la caracterización del TEL como una creación de sus enemigos: Hezbollah parece haberse dado cuenta que el TEL debe su creación no a EE.UU. sino al Consejo de Seguridad que también incluye a Rusia y China, ambos aliados incondicionales del régimen sirio. Esta restricción se reflejó en la actitud de Hezbollah con respecto a la política del gobierno del Primer Ministro interino, Najib Mikati, hacia el TEL: aunque Hezbollah tenía la capacidad para bloquear la cooperación oficial, el gobierno de Mikati será recordado como aquel que dos veces financió al TEL con el consentimiento de los ministros de Hezbollah.

Pero los partidarios de Hezbollah nunca creerán que el proceso dentro del TEL sea políticamente neutral. Esto nace de circunstancias en las que, tras la invasión liderada por EE.UU. en Irak, el equilibrio regional se inclinó contra Siria y sus aliados en favor de Occidente y sus aliados locales, por caso Rafik Al-Hariri. Pero el cambio de gobierno en Irán con la llegada de un presidente de perfil reformista como Hassan Rouhani, permitió la firma de un acuerdo nuclear con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania –al mismo tiempo que respaldaba la propuesta rusa para eliminar y destruir el arsenal de Siria de armas químicas- que comenzó a cambiar la relación de Teherán con sus satélites regionales como Hezbollah. 

Quedarán muchas cuestiones para debatir, como la falta de condiciones políticas para que el TEL deliberase dentro de Líbano y no en La Haya o que los acusados no estén presentes en la sala de la corte –lo que señala el Estado libanés no quiso o no pudo arrestarlos y entregarlos- por lo que serán juzgados sólo en ausencia; si bien 4 Generales libaneses pro-sirios fueron arrestados por orden de la investigación internacional y recluidos -sin cargos- durante cuatro años antes de ser finalmente liberado en 2009 por orden del TEL. 

El veredicto será una etapa aparte. Si los acusados, vinculados a Hezbollah, ​​son encontrados culpables y condenados, el veredicto será visto como una victoria política para Saad Al-Hariri y la Coalición 14 de Marzo mientras que el propio hijo y los familiares de las otras víctimas tendrán la satisfacción y quizás tranquilidad de saber que, al menos por una vez, los autores de un asesinato político han sido condenados y sus patrocinadores expuestos. Pero un veredicto contrario, o la falta de uno, no conducirán a un proceso nacional más amplio de rendición de cuentas que llevase alivio a las muchas otras personas que han sido víctimas de la violencia política en Líbano.

Al mismo tiempo que el TEL comenzaba con el juicio, informes circulaban con afirmaciones que el presidente Michel Sleiman y el PM designado, Tammam Salam, estaban a punto de compilar una fórmula aceptable dentro del esquema “8-8-8” ( 8 ministros para cada grupo religioso) para beneficiar centristas luego que Hezbollah abandonó su fórmula “9-9-6”; de acuerdo con dos altos funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato, un acuerdo sobre un gabinete omnímodo era posible, precisamente porque Hezbollah deseaba evitar la formación de un gobierno neutral según lo propuesto por el jefe de Estado. Sleiman y Salam se aferran a su opción del gabinete no partidista, aparentemente para evitar un vacío más grande antes de las elecciones presidenciales de mayo, aunque quedan por delante demasiadas incertidumbres en el escenario político interno.






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