martes, 28 de octubre de 2014

Hezbollah y el nuevo frente interno en Líbano



El ex PM Saad Hariri, advirtió que el país estaría destrozado si se permitiera que los grupos sectarios continúen con sus enfrentamientos. "Los incidentes itinerantes que estamos presenciando en estos días en la Bekaa, Trípoli, Akkar, Minyeh, Dinnieh, y en otros lugares, son una pequeña muestra del gran incendio que estalló en Siria (…) y los impactos de la guerra que Bashar Al-Assad dijo a nosotros llegaría a Líbano y otros países". Su mensaje se produjo un día después que el Ejército libanés derrotó a un grupo de militantes que pretendían establecer un Estado islámico en el Norte del Líbano.

El Ejército libanés arrestó 83 sospechosos durante su caza de militantes en el norte del Líbano, mientras que las familias regresaban a Trípoli, luego que los enfrentamientos cesaron con un saldo de 42 personas muertas y más de 150 heridos. Los combates en Trípoli terminaron después que el Ejército se apoderó de una mezquita en el barrio de Bab Al-Tabbaneh, que había sido utilizado como un bastión de militantes del ISIS y del Jabhat Al-Nusra; en Asoun, el Ejército libanés capturó un terrorista sospechoso de alto valor acusado de reclutar a jóvenes libaneses para luchar con el ISIS.

Los islamistas de Trípoli, en su mayoría son combatientes y disidentes locales, son vistos por la prensa libanesa como inspirados por grupos islamistas sirios como Jabhat Al-Nusra y el Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS), que se han enfrascado en una lucha de hostigamiento contra Hezbollah dentro de Líbano para ponerle más presión y obligarlo a salir de Siria. Según los propios combatientes, los rebeldes son sirios que quieren liberar a Siria, no a Líbano u otras tierras. Las experiencias anteriores sobre el control de una ciudad o un pueblo han demostrado que no los beneficia porque el gobierno sirio o libanés no dudará en atacar y esto se refleja en las tácticas de guerra de guerrillas, que provoca pérdidas para Hezbollah.

Durante los más de tres años de conflicto en Siria, el norte del Valle de la Bekaa -el lugar de nacimiento de Hezbollah- fue considerado como una línea defensiva de los enfrentamiento en Siria; en las últimas semanas, las escaramuzas sobre suelo libanés han hecho que el área se sienta ahora más como una línea de frente. Ahora el conflicto fronterizo en expansión amenaza con engullir a los residentes chiitas, cristianos y sunitas, poniendo a prueba su voluntad de mantenerse al margen de los conflictos sectarios; particularmente, los chiitas y los cristianos están cada vez más preocupados por los extremistas que por los rebeldes –en términos sectarios- y están organizando de las patrullas de seguridad. Pero por ahora, dicen, que están prestando atención a los líderes de Hezbollah, en sus ciudades, mientras el Ejército les dice que deben abstenerse de venganzas comunales, ya que la violencia sectaria en Líbano es exactamente lo que quiere el enemigo.

Hezbollah se ganó el respeto, incluso de algunos enemigos, por sus campañas de guerra de guerrilla contra Israel. Pero ahora la organización chiita está perdiendo su aura de invencibilidad. Las tácticas que tanto resultado le dieron contra los soldados israelíes ahora son utilizadas contra sus propias fuerzas por parte de los yihadistas, tanto del ISIS como de Jabhat Al-Nusra; Hezbollah se ha sobre-extendido, librando varias batallas en muchos frentes, y aunque quiera retirarse de Siria, deberán permanecer allí hasta que se logre un acuerdo político aceptable para Irán. Mientras tanto, Hezbollah se enfrenta a una tensión sectaria creciente, derivada de las agresiones de los combatientes sunitas del ISIS y Jabhat al-Nusra, que levantaron cuestionamientos sobre el verdadero papel del partido chiita en Siria.





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