lunes, 23 de enero de 2012

Líbano y el problema del contrabando a Siria


El funeral de un adolescente libanes asesinado por las fuerzas navales sirias dio paso a la ira durante su funeral el domingo, en la ciudad fronteriza libanesa de Arida, donde los residentes cantaron eslóganes anti-Siria y pidieron el despliegue del ejército libanés en la frontera sirio-libanesa para proteger a los ciudadanos de Líbano. Durante el cortejo fúnebre, los residentes furiosos irrumpieron en el cruce de la frontera, tirando piedras al puesto de frontera con Siria y aunque el personal del Ejército libanés trató de detener a los jóvenes, algunos cruzaron a Siria; de acuerdo con la oficina de prensa del Presidente Sleiman, se instó a reforzar la coordinación binacional con el fin de evitar incidentes similares en el futuro.

Según los residentes de Arida, los tres pescadores estaban en su barco dentro de aguas territoriales libanesas en Arida preparándose para lanzar sus redes cuando se les acercó un barco de pesca de Siria, ese barco llevaba a los agentes de seguridad sirios, que trató de detener a los tres pescadores. Los tres pescadores, identificados como Fadi Hamad, de 37 años, su hermano Khaled Hamad, de 33 años, y su sobrino Maher Hamad, de 17, fueron secuestrados y Maher recibió un disparo muriendo luego.

La agencia de noticias oficial de Siria (SANA) dijo que un guardacostas que partió desde Tartus interceptó "un barco de contrabando libanés" tratando de infiltrarse en Siria, desde las aguas territoriales del norte del Líbano." Se acusó a los miembros de la tripulación de tratar de escapar, mientras que "cinco barcos libaneses, en aguas territoriales libanesas, abrieron fuego contra los barcos lo que resultó en la herida de dos de sus miembros."

Los pescadores libaneses detenidos fueron puestos en libertad la noche del sábado, después de extensas negociaciones entre Damasco y Beirut, sin embargo, eran evidentes los signos de tortura en sus cuerpos. Fadi Hamad, declaró que fueron trasladados a uno de los puestos militares en Tartus, donde uno de los oficiales comenzó a golpearlos brutalmente y les pedía que confiesen el contrabando de armas a Siria y que la confesión debía incluir que el contrabando fue planeado por el ex Primer Ministro libanés, Saad Hariri; ello motivó a Khaled al-Daher –parlamentario del Movimiento del Futuro de Hariri- a condenar los ataques sirios y acusó al gobierno libanés de abandonar a los ciudadanos libaneses y de colaborar con el régimen sirio.

Parte de la violenta reacción de los residentes de Arida y de las familias de los tres pescadores libaneses detenidos, también se debió a un informe médico sirio diciendo que la muerte de Maher Hamad se debió al "destino", sin embargo, el corresponsal de Future News informó que se encontró una bala en la cabeza de Maher Hamad.

La frontera sirio-libanesa se ha convertido cada vez en un área de máxima tensión desde que el levantamiento en Siria se ha extendido por todo el territorio y la violencia se salió de cause luego de varias incursiones del ejército sirio, el asesinato de ciudadanos libaneses por las fuerzas de seguridad sirias, los disparos contra dos barcos de pesca en agosto y el caso de Khaled Youssef -un ciudadano libanés de Wadi Khaled- que debió ser transportado a un hospital en Qobeyat, después de haber sido gravemente herido por una explosión de una mina terrestre colocada por el ejército sirio en suelo libanés.

Las autoridades sirias han acusado a las facciones libanesas de contrabandear armas a Siria. Las zonas fronterizas entre Líbano y Siria son conocidas por el contrabando, y los servicios de seguridad sirios se han vuelto especialmente sensibles al contrabando desde el inicio de las manifestaciones contra el presidente Bashar Al-Assad.

Los disidentes sirios en Líbano han intensificado sus esfuerzos para ayudar a la oposición que reside en Siria mediante el contrabando de medicamentos, teléfonos satelitales, cámaras y armas, a su vez reciben refugiados y combatientes heridos a Líbano; desde sus casas de seguridad en Beirut, Trípoli y la localidad fronteriza de Wadi Khaled, los disidentes permanecen en contacto constante con los activistas dentro de Siria.

En Trípoli, los disidentes reciben apoyo de las asociaciones locales, tales como Al-Bashaer, un grupo sunita que se opone abiertamente al régimen sirio, y que dona ropa, medicinas y dinero a cientos de familias sirias en Trípoli pero también ayuda a los heridos que huyen del país por la frontera libanesa a una tasa de uno o dos por día. Una de las áreas más activas de contrabando es Wadi Khaled, en las colinas cerca a tres kilómetros de la frontera con Siria; el tráfico por lo general ha girado en torno de combustible y los alimentos -más baratos en el lado sirio- pero desde el inicio de las manifestaciones los envíos han cambiado y el mercado negro de armas está en auge.

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