jueves, 30 de octubre de 2014

El Ejército libanés sigue ganando



El Fiscal militar de Líbano, Juez Saqr Sar, acusó a Ahmad Salim Mikati -presunto comandante del Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS)- junto con otras 17 personas de intentar el establecimiento de un emirato islámico en el Norte del país y de la muerte de varios soldados del Ejército. La acusación establece que Mikati y los otros acusados formaron un grupo armado con el objetivo de llevar a cabo actos terroristas; también fueron acusados ​​de reclutar para el ISIS y entrenarlos en el uso de las armas y la preparación de explosivos, así como "la planificación de invadir pueblos Asoun, Bakhoun, Bqaa Sifrin y Vidente Dinnieh para establecer un emirato islámico".

Por otra parte, las familias de los soldados rehenes en poder de Jabhat Al-Nusra y el ISIS, le dieron al gobierno 48 horas antes que aumenten sus protestas, después de reunirse con el Primer Ministro, Salam Tamam. Hablando en nombre de las familias de los 27 soldados libaneses y policías rehenes, el jeque Omar Haidar dijo que "las familias emitieron un plazo de 48 horas, después del cual van a redoblar sus protestas, destacando que el período de tiempo tiene la intención que las negociaciones finalicen". El PM libanés aseguró al grupo que ningún tercero se ha entrometiendo con las negociaciones –según Haidar- y aclaró que sólo el Ministro de Salud, Wael Abu Faour, el Jefe de Seguridad, el Gral. Maj. Gen. Abbas Ibrahim y el Salam supervisan las negociaciones.

Unidades del Ejército libanés fueron desplegadas en el Sur del país el miércoles, como parte de las operaciones para perseguir a los yihadistas que huyen de Trípoli, después de recibir Inteligencia sobre ataques terroristas planeados en la región. De acuerdo con reportes de medios locales, el Ejército descubrió 6 detonadores en una casa abandonada al Sureste de Sidón y arrestó a uno sospechoso militante en relación a un ataque frustrado no relacionado. Se estima que al menos unos 150 yihadistas han huido de Tripoli, en medio de crecientes temores sobre la posibilidad que lleven a cabo ataques contra la infraestructura del Estado en su camino hasta la frontera siria.

Los sunitas libaneses están reaccionando. En las últimas semanas, un puñado de soldados sunitas libaneses anunció su deserción ya sea al frente de al-Nusrah, la rama actual de Al Qaeda en Siria, o al ISIS. El soldado libanés, Omar Khaled Shamtieh, anunció la semana pasada que se unía a Jabhat Al-Nusra porque el Ejército se había convertido en una "herramienta" de Hezbollah. En Trípoli, un grupo militante sunita libanés pro-ISIS abrió fuego contra las fuerzas del Ejército, lo que provocó un fin de semana de enfrentamientos violentos en un barrio mayoritariamente sunita y dejó al menos 2 civiles muertos. Pero estas reacciones son focalizadas y circunscriptas a barrios con antecedentes sectarios previos, aunque la situación podría agravarse ya que la mayoría de los centros urbanos con concentraciones sunita están rodeados de combatientes.

La Secretaría General de la Coalición 14 de Marzo señaló que los intentos de clasificar a los libaneses como partidarios del Ejército y opositores del mismo han vuelto a fracasar en Trípoli. La postura de la 14 de Marzo llegó luego de la reunión semanal en su sede de Ashrafieh y en el comunicado se elogió el apoyo popular para el ejército en diferentes regiones del Norte y agregó que no hay más alternativa que el Ejército en la defensa de la soberanía de Líbano. 

Por el momento, los diferentes grupos yihadistas que operan en el Norte de Líbano siguen repitiendo los mismos errores. El Ejército está demostrando que tiene la capacidad para derrotar a los yihadistas y no solo los contuvo sino que borró los signos de su presencia en el terreno mediante el establecimiento de puestos de control y redadas en las zonas que no estaban bajo su control; mientras que los radicales tuvieron un alto número de bajas, del lado del Ejército solo tuvieron 12 bajas. Desde el punto de vista militar, la falta de una retaguardia y un frente claramente identificable, priva a los yihadistas de un área de apoyo más allá del interior de las propias comunidades que intentan controlar.

El punto clave para comprender el éxito del Ejército libanés, frente a los grupos yihadistas, se debe a la falta de apoyo de la población civil para con los radicales. Los líderes yihadistas apostaban a cooptar la juventud de los campamentos de refugiados sirios y capitalizar a su favor el descontento contra el gobierno sirio, pero la mayoría de los habitantes de los campamentos no desea la confrontación y no desean que se los vincule con los grupos yihadistas. La base libanesa de los grupos como Jabhat Al-Nusra o ISIS se focaliza en los yihadistas extranjeros y en los sunitas nacionales anti Al-Assad.



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